Cuando la pintura del final cubra tu cuerpo. Cuando tu arácnida agilidad no te ayude esta vez. Cuando me mires y ya no sientas ese calor interior. Cuando ya ni siquiera sientas. ¿Qué? Cuando ya no tengas a qué abrazarte. Aferrarte, tenerte... Cuando se haya marchado todo y todos, esten ahí pero solo veas sombras. Cuando las consecuencias de la guerra se hagan más presentes, cuando las veamos como realmente son. ¿Cómo? Cuando lo sientas, lo sabrás. ¿Donde? En vos, por supuesto. Signos en el cuor . Escurre saliva. Y al fin de tiempo pedirás que te suelte. Niño malcriado, ¿no ves que eso es justamente lo que él quiere de vos? ¡Mirá más allá! ¡¿Es tan difícil de ver cuanto te amo?!