Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2012

Aún ahora te quiero.

Y hoy empieza mi gracias. O termina. Realmente no lo sé.  Considerando que el hecho era de por sí tortuoso yo hubiera buscado un momento con más tiempo. Tener en cuenta que el momento ya termina y que la despedida estaba cronometrada quizá. ¿A quién se le ocurre aplastarse con tal de concretar algo tan destructivo y constructivo a la vez? Y pensar que yo te admiraba... Otra vez temblando. Viendo que una abejita se acercaba a aguijonear el alma de una personita que quizá no tenía en cuenta como tal. Eso era, una abeja que trataba de resguardarse en un mundo que no le ofrecía problema alguno, dónde las abejitas no tienen la necesidad de atacar. Amé tus ojos miel llorando lo que me aquejaba, lloraba tu hipocresía. Ninguno daba una señal de sentir la tristeza por sí misma. Quizá sólo eran recuerdos de un año después en el que ya nada dolía.  Amar el amor es algo que no voy a comprender de esta experiencia. Quizá por ser la primera, quizá por ser efímera... ¿Quién te mandó ...

Para la próxima...

¿Sabés qué odio? Nunca poder llegar a amarte. Uno no puede amar algo que no existe, uno no puede llegar a ser uno con algo que no desprende o recibe calor. Uno no puede abrazar el amor porque no desprende calor de sí mismo. Uno no puede amar a un hielo. Las polillas se sienten atraídas hacia la luz, pero nunca llegan a amarla porque no despren... Bueno, se entiende. Ese acto de desear lo imposible sólo porque no sabés si desprende calor. Esa necesidad de buscarlo como un ideal porque realmente no sabés si es lo que realmente estás buscando o una meta inalcanzable que ocupará el resto de tu vida. Estoy segura de que quiero llegar a vos porque no sé las consecuencias de ese acto. Y, por ahora, lo único que me queda son tus restos, tus inservibles restos despojados de vida.