Inmensidad

¿Era Lisandro? ¿O Leandro? Quizá Leonardo. ¿Fueron dos minutos? ¿Una hora? ¿Un par de veces? ¿Toda una vida? Hola, tanto tiempo sin verte. Hace mucho ya que te sueño con paté y galletitas, un yogur en mal estado y sin cucharita, a no olvidar una ínfima caricia. Una charla banal que podría durar horas. Una invitación a no fugarse hasta probar los mates. "¿Qué tal andás? ¿Por qué tan contenta? ¿Qué tanto desafío en esa sonrisa?" "Vuelvo del mejor holograma de mi vida. Ya me olvidé todo, pero fue maravilloso. En un momento esto, en otro momento lo otro. Me duelen las piernas. Me olvidaron. Me persiguen." "¿Pasás?" "Por favor, gracias. Me salvaste de una muerte segura." "No te iba a pasar nada." "Pero si me atrapara, ¡oh! Si me atrapara..." "Tenemos hasta la mañana." "No quiero volver, sólo sacame de acá".

Mezclar la ternura, el cariño y el sarcasmo en el mismo bol. Dejar reposar 30 minutos para rellenar con las pasta de paz. Hornear a 80° centialegría. Realizar cobertura de felicidad. Poner chispitas de hilaridad en este postre de amistad. No distingo si es un brownie de dulzura de chocolate, una tarta de duraznos pasados por sorpresa o helado de crema compañera. Sé que es el dulce más sabroso que he probado, eso lo puedo asegurar.

Se hicieron las doce y sigo cuestionándome por qué insisto en hacerle caso a una medida de tiempo tan poco significativa. Cerraré los ojos y los volveré a abrir y ya no habrá más asuntos que atender. Podré amar, podré comerme las uñas, podré incubar una peste.

Me olvidé de hablarme a mí misma en lugar de crear una audiencia más poblada. No sirve estar llena de gente, no tengo por qué filtrar lo que quiero decir por miedo a que me lean. Vamos, ¿de quién es la culpa de ese cliché hecho frase? ¡Que el culpable dé la cara o llamamos a las autoridades! ¿Desde cuando somos muchos? Supongo que en ningún momento determiné que no podíamos serlo. Es tan complicado intentar limitarse. ¿No acabo de decir que no quería tener filtro? Sin embargo estoy intentando definir límites. ¿Te das cuenta, Julieta? Cuando dudás mucho empezás a poner un montonazo de preguntas retóricas, como si implicar que hay más de una persona te diera una clase de seguridad. Quizá sí necesitás a alguien más.

Hace tanto tiempo que te vengo soñando que ya no distingo los sueños de los recuerdos.