Y quizá yo sólo quiero seguir así tranquila sin que nadie me interfiera pero vino y ahora no sé cómo decirle que no. Pero lo extraño y quiero saber de él y quiero hablar por la noche recostada en su pecho como cuando nada importaba, nadie molestaba, no había motivo para moverse. Sí, el ocio es tan divertido y tan abrazable a tu lado. ¿Qué hago? Quiero seguir ociosa, quiero recordar cómo era cuando no me acordaba de nada, cuando era sólo un aroma lo que quería sentir. Así, en tus brazos, como la cosita más chiquita del mundo, como la pelusita más suave. Así, hermosos por el ser hermoso y nadie hay para corroborarlo. Pero aún así, somos preciosos. Nadie ve, no nos vemos, pero lo sentimos. Porque sólo sirve sentir, no hay nada para pensar. ¿Qué tanto pensamos? ¿Qué tanto decimos? ¿Qué tanto discutimos? ¿Por qué no simplemente nos amamos? Mañanas, mediodías, tardes y noches. Todo momento, con lo que tengamos. Sino, nos la arreglamos. Siempre la arreglamos, hasta que no pudimos más y ...