Ir al contenido principal

Necesito despejar mis dudas

Escribo a ti con motivo de enunciar preguntas que permanecerán ausentes en mi habla... Hasta nuevo aviso.

¿Me sos sincero?
No me cuesta ver tus ojos y determinar que efectivamente hablás con la verdad. Pero la verdad no es suficiente en los casos en que se omiten ciertas cosas. ¿Acaso no notás que me doy cuenta de tu cautela al hablarme? Vivís cuidando tus palabras como si fueras a lastimarme con ellas. Ambos somos conscientes que a veces tienen más valor los silencios. Lástima que sea un valor tan destructivo.

¿Por qué me cuesta tanto creerte? ¿Por qué me cuesta tan poco quererte?
Tengo ese pequeño contraste entre lo excesivo y lo escaso. Y, al final, soy muy consciente de que el error es totalmente mío. La oposición entre tu fortaleza y mi debilidad. ¿Se entiende por qué me muestro tan reacia a conocer a alguien? No quiero llegar al extremo de debilidad que explota en mí.
Me debilita de a poco el alma y me estruja el corazón. Es preciso tratar de mantenerlo animado.

¿Por qué yo?
Resumo que no hay una respuesta digna o concreta para eso. Es justo el motivo por el que dudo: no confío en la destrucción abstracta. Volveré a formular la pregunta:

¿Por qué no otra?
Ceguera generalizada.

¿Sos acaso real?
Ceguera propia. No entiendo por qué es tan difícil de entenderlo. Me auto-explicaré:
¿Por qué lo harías?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Dejé el miedo en el otro pantalón

Me fui despintando a falta de besos y exceso de gritos. Caía el esmalte a fuerza de lágrimas de ácido y manos de lija. Las figuritas de la pared se iban despegando y los mosaicos se decoloraban por montón. Había rastros de cal por todo el piso y yo había perdido la escoba.  Había muchas voces y todas balbuceaban. Se creaban en un instante y morían ni bien terminaban de gritar. Se iban generando constantemente y eran cada vez más. Desistí y me perdí en las voces.  Pasó el tiempo, convivía con ellas. Me llevaban como una pluma. Iba divagando en la suavidad de sus pasos. No me podía hacer daño, después de todo todas esas personas procuraban mi bien. Todas esas voces eran yo.  Llegó un punto en el que todas las personas se pusieron en contra del medio. Yo dudaba, pero las dejé hacer. Quería ver hasta dónde llegaban. Me arrastraron, me expusieron, me desnudaron y me adornaron. Desistí y me perdí en las mentiras. Me guiaron hasta averiguar cuáles eran mis partes más bla...

Una carcajada que podría revivir a un muerto

"Hoy el mundo colapsó volví a verla reír." Las gotas se mimetizan con el pigmento de su piel. Está azul. ¿Por qué nadie nota que está azul? Y a cada puntada del reloj se va ahogando. Las gotas se mimetizan con el relieve de su piel. Se derrite. ¿Por qué nadie nota que se está derritiendo? Y a cada puntada del reloj la va ahogando. Las gotas se mimetizan con el ánima. Están llorando. ¿Por qué nadie nota que sus almas sufren? Y a cada puntada del reloj se van hundiendo. Pero no importa, ella ríe. Nada duele cuando ella ríe. Los muertos la pagan riendo. Es por ello que él le devuelve la sonrisa, esa hermosa sonrisa. Él ruega que nunca deje de reír. "No te vayas", susurra el ánima, "nunca dejes de reírme el día no dejes que se duerma el Febo de mi corazón, no pares de reírme la vida a través de las venas."

Habitar vivir

Qué jodido es tener la convicción de vivir. Cualquiera vive así por inercia, en auto, pero decidir... Es decir, plantearse vivir. Buscar la manera de vivir. Hacer un terrible esfuerzo por querer vivir. Poner un esfuerzo, darle la mano a gente. El verdadero acto de altruismo: hacer vínculos sabiendo que te vas a morir.  Elegir vivir. Decidir vivir. Decirle que sí a gente. ¿Qué loco no? Yo pienso que cada vez que la gente se pone de novia está habilitando un pacto que no va a cumplir, porque se va a querer morir. Es decir, cada vez que te comprometés con un vínculo es un compromiso de estar vivo. Yo te prometo que voy a vivir hasta entonces no estemos más juntos. ¿Y después? O sea, sí, es un pequeño casamiento dado que lo que separa sería la muerte.  En otras palabras, ¿qué muere realmente cuando uno se separa? ¿Será posible que no sea realmente una muerte física? Aún yo tengo la convicción de que alguien se muere. No quiero que los demás se mueran. No me quiero morir yo tampoco...