No es difícil ver que me retracto, no no lo es en absoluto recordando esos gestos con carácter de primer amor. Será quizás ese aura de magia negra que rodea tu ser, que se manifiesta en tus manos al agarrar las mías. Debe ser, sí, es posible... Sin duda es eso: tus manos. Desde el primer hasta el último momento me supieron ofrecer el mundo en forma de abrazos y caricias. Recuerdo que desde el primer momento odiaron soltarme, desarraigarse de mi memoria. Alguna clase de imán las hizo partícipe de un mismo movimiento, de un mismo sentimiento. Ese mismo imán que te atrae hacia mí y me hace sentir tan digna de tu calidad.
Y entonces la invitación. "Volvé a hacerme feliz", me dijiste.
Sí, toda la vida si querés, pero no a tu lado.
Y entonces la invitación. "Volvé a hacerme feliz", me dijiste.
Sí, toda la vida si querés, pero no a tu lado.
Comentarios
Publicar un comentario