Ahora te entiendo cuando querés en vano fingir que nos tenemos un mínimo respeto por el otro. No por nada todo empieza desde acá, desde el vientre de concreto y pintura que mentirosamente llamamos "mi casa". Y es completamente comprensible que tiendas a creer que es la mejor opción siendo que así te agarraban y te sentaban a la mesa, estuvieras ensimismada en tus cosas u ociosa, para fingir "mi casa". Incluso puedo llegar a desearlo. Trascender más allá del ejemplo, ¿no es genial?
Es una lástima que lo rutinario termine siendo lo más complicado, porque no todos pueden sentarse en una mesa a respetarse, no. Quien tenga presente el error de tal manera que se pretenda no volver a cometerse, usualmente cae en la equivocación de atraer este mismo fallo. Supongo que, al fin y al cabo, es menos probable remendar los daños cuando se tiene tanto miedo de errar.
Es una lástima que lo rutinario termine siendo lo más complicado, porque no todos pueden sentarse en una mesa a respetarse, no. Quien tenga presente el error de tal manera que se pretenda no volver a cometerse, usualmente cae en la equivocación de atraer este mismo fallo. Supongo que, al fin y al cabo, es menos probable remendar los daños cuando se tiene tanto miedo de errar.
Comentarios
Publicar un comentario