(A mí también me hubiera gustado tener el ingenio, fue un recurso que me encantó, es una lástima que no pueda usarlo por miedo a sentirme menos original.)
Esto es lo que veo cuando te veo, unos ojos cerrados, una letra en mi piel que no veo marcada, que nunca se hizo. ¿Qué hay de malo en marcarse en el otro?
Esto es lo que veo.
Veo unos ojos cerrados que no pueden dejar de mirarme.
Veo un "¡qué lindo que sos!", y un "será por ti, será por mí", y un "qué hermoso amanecer".
Veo ojitos llenos de amor, pero que aman con cierto límite.
Veo un "¿me vas a seguir queriendo mañana?".
Veo lágrimas que no se muestran, pero no por eso no existen.
Veo frustración, vergüenza y mucho miedo.
Veo que vos tampoco querés que pase este día.
Veo manitos que tratan de encontrar la manito de mamá.
Veo un niño chiquito, indefenso, confundido... pero tan feliz.
Nos veo ínfimos ante la inmensidad de algo superior...
Pero a la vez no veo nada.
Veo una mujercita frente a un hombrecito, pero nadie pide al otro que lo ame (al menos no teniendo en cuenta las consecuencias). Sí, veo frustración, pero una frustración mentirosa, constante, viciosa, de las que aman potenciar los dolorcitos en el corazón. No quiero abrir los ojos para encontrar cosas que no existen, sino sumirme en una ensoñación que puede o no durar unos minutos más. No me interesa ver más que nada, por eso no quiero abrir los ojos.
Comentarios
Publicar un comentario