Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2015

Excreto.

Fui. Volví. Abrí la heladera. No había nadie. Pasé y sentí de nuevo. Sabía que alguien había defecado en la casa, se sentía muy obvio un poco por acá, pero por allá ya no se distinguía. Leche. No, estaba bien. Huevos, no. Acelga, no. ¿Restos de pizza o ratón muerto? Tenía pinta de ratón muerto. O el perro. El perro defecó por ahí. Se sentía. Debía ser mi imaginación, así que a dormir. Pero una vuelta y otra despertaron al monstruo del estómago. A veces lo confundo con hambre. La leche no estaba fea, así que... Cortado con bodoque de cubanitos. El dolor de estómago. No me importó que fuera incomible, sólo quería calmar al monstruo. Baño. Lavado interno. Lavado externo. Espejo. "No te preocupes, no te voy a cargar con tanta responsabilidad. Seguí tu vida como venía. Sé bueno". Pálida como teta de monja. Labios carmín. Rubo...

A la chica del mercado

... sabía que ese destello en su cabello no podía pasar desapercibido. Tantos uniformes y ella, un poco de luz en sus puntas, un trozo de arco iris en sus lóbulos. Me pareció un desperdicio no agregar a sus colores un carmín de simpatía. Una brisa susurra que le gusta divagar, a veces sólo dos o tres segundos, en la fantasía de danzar en un vestido rubí de princesa, de llegar a ser distinta a todos sus iguales. Y en ese tic de acomodar su pelo castaño demuestra que quizá no es sólo ensoñaciones, sino que pertenece a otro lugar. Me gustaría quedarme toda la noche tratando de descubrir sus ojos entre la oscuridad de su timidez. Sostener su cabello, que me deslumbren todas sus tonalidades, que me asombren todas sus tonalidades. Inventar nombres para todas las caricias que creo en cada tono. Entrever, zambullirme y derretirme en un coro de gamas. Penetrar en la lujuriosa escarlata que, por un segundo, dejó ver una hermosa fila perlada. Soñar en las variaciones de rojo en las que su sangr...

Abandono

Veo, persistente, la imagen de un espectro agarrándome fuerte de los tobillos. Va cayendo por un pozo, pero la fuerza de la caída no me tira más abajo. Está ahí, como flotando, muy arraigado. No vamos más abajo, pero tampoco podemos ir más arriba.
Yo no soy yo. Soy este que va a mi lado sin yo verlo; que, a veces, voy a ver, y que, a veces, olvido. El que calla, sereno, cuando hablo, el que perdona, dulce, cuando odio, el que pasea por donde no estoy, el que quedará en pie cuando yo muera. Juan Ramón Jiménez.

Expectativa

Una mochila llena de semanas anticipando un momento, cargada de sueños que en uno o cuatro pestañeos dicen con sorpresa un 'te extrañé'. Yo discrepo, sé que estás bien buscando estar mejor. Porque pasa que éste proyecto y ésta reunión y qué chiquitito que estoy. Yo adhiero, estás muy chiquitito. Al parecer hay un nuevo ritual que busca contemplar como quien no cree lo que está viviendo. Sin embargo sos más real que el Madrid. "Que no sé qué hacer, lo intuía y te extrañé". Se quebró por un segundo para levantarse mientras el señor que no se quiere bajar... Qué contenta que está la cuestión contenta. No importa que esté a punto de llegar, optemos por quedarnos un ratito tirados como cuánto que no nos... Te noto diferente, como si me estuvieras amando mucho. Así en presente continuo, aquí y ahora, como cuando nos dejaba de importar el mundo. No recuerdo si alguna vez nos dejó de importar, pero es una sensación tan familiar... Un remolino de ayeres y una promesa ...

Compota

Te recomiendo que empieces escuchando esto. No es que sea una pelotuda. Que me acaben adentro es una forma distinta, no así equivocada, de hacer un duelo. Sentir esa descarga que fluye, llena de calor, que da vida... una nueva vida, ¿no? Planta la semilla del amor en un fétido campo de materia fecal, y así tienen juntos un bebé de mierda.  Una nueva vida de mierda.  De todas formas te deja criándolo sola, para irse con la madre que sí tiene hijitas de verdad.  No es que sea una pelotuda. Soy una pelotuda de mierda y empiezo a pensar que a nadie le gusta una pelotuda de mierda. Pero qué sé yo, está bueno acabarle adentro a alguien, y si se lo hacen a una pelotuda de mierda no es tanto el daño. No está bueno: está 'buenísimo'.  Lo mejor es que... ¿quién te dice que mañana no va a volver y se va a hacer cargo del bebé de mierda? Porque ya te dijo, ¿no te acordás? Van a vivir juntitos y contentos con su bebé de mierda. Por supuesto.  Ambos saben que van a...