A los 5 años mi maestra me enseñó a recortar papel plegado de tal manera que se terminara formando un corazón. Desde ese momento me gusta recortar corazones de papel y regalarlos. Es como dar amor. Sólo que en realidad estás dando un cadáver de árbol con la forma berreta socialmente aceptada de un órgano que tiene, por lejos, mucho más que ver con cojer que con amor. Como vos, básicamente.
Y sí: podés buscarte un regalo menos pelotudo para hacer. O buscarte alguien menos pelotudo para hacerle un regalo. Lo que suceda primero.
Comentarios
Publicar un comentario