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Mostrando entradas de septiembre, 2013

Tenías que aparecer

Llegué a obsesionarme con la idea de tener su cabeza en una bandeja, sus sesos en varias copas, sus intestinos en platos de postre, sus manos, sus pies, y otros miembros en frascos con almíbar y vinagre. Todo de plata, por supuesto, algo que hiciera relucir su sangre y que fuera fácil de lavar. Incluso podría haber hecho mandar a hacerles grabar el nombre de cada trozo corporal en cada tarrito. Ya tenía elegido el lugar en el que pondría sus ojos, parte que yo considero muy importante para entender sus actos (empezando por el hecho de que es la parte fundamental para comprender su rostro). Me daba pena tener que disfrutar un sólo bocado de cada uno, por lo tanto era impensable dejarlos para la cena. Mi conciencia también me prohibió tirarlos a la basura, así que la que consideré "la mejor opción" fue dejarlos en un frasquito, cada ojo en su respectiva jaula transparente, cubiertos de resina. Ambos dos frascos irían tanto en la mesita de luz a la derecha o izquierda de la ca...

En vano.

Ahora te entiendo cuando querés en vano fingir que nos tenemos un mínimo respeto por el otro. No por nada todo empieza desde acá, desde el vientre de concreto y pintura que mentirosamente llamamos "mi casa". Y es completamente comprensible que tiendas a creer que es la mejor opción siendo que así te agarraban y te sentaban a la mesa, estuvieras ensimismada en tus cosas u ociosa, para fingir "mi casa". Incluso puedo llegar a desearlo. Trascender más allá del ejemplo, ¿no es genial? Es una lástima que lo rutinario termine siendo lo más complicado, porque no todos pueden sentarse en una mesa a respetarse, no. Quien tenga presente el error de tal manera que se pretenda no volver a cometerse, usualmente cae en la equivocación de atraer este mismo fallo. Supongo que, al fin y al cabo, es menos probable remendar los daños cuando se tiene tanto miedo de errar.

No me molesta la voz en la mente, probablemente no sabe de qué habla

(A mí también me hubiera gustado tener el ingenio, fue un recurso que me encantó, es una lástima que no pueda usarlo por miedo a sentirme menos original.) "Y callé. Y la hice callar... shshsh." Esto es lo que veo cuando te veo, unos ojos cerrados, una letra en mi piel que no veo marcada, que nunca se hizo. ¿Qué hay de malo en marcarse en el otro?  Esto es lo que veo.  Veo unos ojos cerrados que no pueden dejar de mirarme. Veo un "¡qué lindo que sos!", y un "será por ti, será por mí", y un "qué hermoso amanecer". Veo ojitos llenos de amor, pero que aman con cierto límite. Veo un "¿me vas a seguir queriendo mañana?". Veo lágrimas que no se muestran, pero no por eso no existen. Veo frustración, vergüenza y mucho miedo. Veo que vos tampoco querés que pase este día.  Veo manitos que tratan de encontrar la manito de mamá. Veo un niño chiquito, indefenso, confundido... pero tan feliz. Nos veo ínfimos ante la inme...

Prefiero 14 veces la muerte, por Poeta Nocturno Contemporáneo.

Y ya se me pone la piel de gallina con solo pensar en volver al condenado vórtice de tu recuerdo. Oh, sí, ¿qué más podría pedir? Un respiro frío que mi cuerpo no pudo calentar ahora está siendo bombeado glóbulos rojos cargados de escarcha. No quiero que termine –repeat–. Ahora es más profundo –bue, no tanto, pero sí más especifico–. Oh, claro, el comienzo, caminar por un lugar más oscuro que lo de costumbre, incluso para alguien que vive tanteando –repeat–. No estoy seguro si fue a la par tuya, solo sé que no volví a encontrar una sensación de perdido de tan buena calidad como la fue esa. Dios, ¡como quisiera volver a perderme de esa forma por tu laberinto! Es miedo y tu nombre, combinan perfecto, como tus ojos y tu son –repeat– risa, sí, creo que me gustaba. ¿Por qué recuerdo tan trabado? Mejor si escucho... "comes to us alive, but all I want is you" – repeat –. No, pero eso no va porque estoy recordando el comienzo. Sobre el cielo, ¿eh?, sí, me sentía en las nubes ...

No puedo recordar el autor de la cita

"Podemos por lo tanto afirmar que la verdad no es necesariamente lo contrario a la ficción, y que cuando optamos por la práctica de la ficción, y que cuando optamos por la práctica de la ficción no lo hacemos con el propósito turbio de tergiversar la verdad." Juan José Saer. No pretendo desprestigiar esas orbes, pero opino que, en cambio, fue su postura lo que agregó intimidad. El constante jugueteo entre tus rodillas y las mías, las direcciones que nuestra distancia elegía, determina el ser que escribe el punto del presente. Cómo nuestras mentes determinan tu aura y la mía. No llegó a compensar su cotidianidad, mas complementó sus huellas y movimientos con curiosos besos de amistad. Y fue ayer, pero pudo haber sido hoy. Tanto la incierta sensación ha marcado mis maneras como si una intolerable niñera resguardara mi alma y amar me prohibiera. Cargar con estos estigmas, ¡con tanto gusto lo aguantaría...! ... si al final del camino supiera que puedo hacerte mía...