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Mostrando entradas de octubre, 2013

... como un gran collage.

Mi idea era empezar como con un “No voy a decir nada No voy a ceder…” y seguir con algo del estilo, romanticón si se quiere, tipo como “… No pienso acordarme de tu mirada Cuando me produjo tanto placer.” No, no, es inconcebible. Muy cursi, demasiado simplón, impensable que algo así salga de mis manos. Algo como… Si bien no te quiero como debo Si bien no te veo como querés Ojalá te hagas la paja Se te termine el agua Y no haya papel. Puto. Impresentable, infesto, inflamable… ¡La última vez que te ponés a buscar en el diccionario para usarlo en una entrada! Decadente lo tuyo. ¿Por qué no lográs contentarte con lo que...? Definitivamente en algún lado tengo que poner un “e’, wacho, recatate, gil…” pero nuevamente no lo creí conveniente. Me pregunto qué es lo que me impulsa a ser tan inconsciente. Ya lo dejé claro, lo último que querría es ser hiriente, Pero tu corazón no puede evitar ser tan doliente. Yo no quiero decir nada, pero e...

Si tuviera un tumor, lo llamaría Fausto.

Las conté y me daría mucha vergüenza confesarlo, ya son muchas más de las que tenía planeado. Por suerte van a tener que colgarme de un piecito antes de que diga que ya van más de 41 veces este año. Aún más, van a tener que picarme con un palito la palma de la Srita. Derecha antes de que admita que todavía tengo planeado que no se acabe la numeración. A serte sincera, me parece totalmente lamentable siquiera pensar en que en algún momento llegarán a ser 42 acuosos parpadeos sin visualizarte.

Se llamaba Bautista

Se llamaba Bautista, pero bien pudo haber sido Jeremías, Manuel, Mateo. Los padres no hacían mucha distinción, después de todo sólo querían una ‘buena acción’ de excusa para poner en su historial religioso. Es decir, pudo haber sido, pero no fue. Y lo más importante: no es. Lamento arruinar el final del relato, pero bien sabe cada uno que la señora de negro lo está esperando al final, no hay novedad alguna en esta única certeza. Era alto, altísimo, caucásico y de ojos abuhados (solía decir la abuela), pero bien pudo haber sido un pequeño oriental promedio. Sus manos cargaban los estigmas de su niñez: tres vallecitos entre las colinas de los nudillos. Un par de veces (pudieron ser 4 o 40, nunca tuvo una memoria prodigiosa para los números) insultó a los mil y un parientes de su madre por recordarle que, después de todo, seguiría siendo un niño por el resto que le quedaba por vivir. Esos baches en las manos, esos ojos de búho, ese carmín constante en las mejillas,… Cualquiera diría que e...

Guía rápida de "Cómo extirpar a alguien de tu alma"

Con un poco de aguarrás y manos ligeras, dedos hábiles que refriegan y refriegan. Sin cesar, de muy buena manera y, ¡voilà! bien limpito queda. Ahora, una manchita detecto, ¡qué mal! El aguarrás tiene un defecto, pero capaz que con un poco de vaselina va resbalando. No esperaba que tanto empeño debiera poner en arrancarlo. Sin embargo resiste el bastardo, creo que mejor la laven por encargo. Y si el alma me devuelven arrugada, definitivamente deberá ser reiniciada. Quisiera recomendar con seguridad esta guía, pero lamentablemente nadie mencionó que fuera efectiva. Porque, aunque uno quiera, no puede diluir la miel. Simplemente no lo sacás, sólo aprendés a convivir con él.

Mientras

Encantada con tu presencia, no olvido que la esencia de lo que presiento verdadero es más que lo que me atrevo a conocer.  Mentirosa mi aura de rechazo y exagerado mi halo de reprimendas. Hipócrita, mi amor, mi mundo es todo hipócrita. Hipócrita el que pretende amar, valeroso el que demuestra querer. Y querer es querer alcanzar y no llegar, hasta llegar al punto de morir de éxtasis en una continua cadena de "querer alcanzar". Es curiosa la discrepancia entre "tu querer" y "mi querer" y cómo ambas se tratan de mentirosa manera constantemente.  ¿Cuánta diferencia de amor realmente existe entre vos y él?  Entonces se convierte en un vos y un yo que se fusiona en un mientras.

Al cabo que ni quería.

Te quiero a vos en la cama haciéndome cosquillas aun si no las siento, aun si no las sentimos. Te quiero a vos en la cocina haciéndonos café aun si no me interesa aun si no nos interesa. Te quiero a vos en la mesa haciéndome soñar aun si me duermo aun si nos dormimos. Te quiero a vos en el sillón haciéndome caricias aun si ya amaneció aun si ya nos amanecimos. Te quiero a vos en la mañana haciéndome el amor aun si no es cierto aun si lo creemos.